Piel normal ideal, equilibrada en hidratación y oleosidad, superficie lisa, fina, flexible, color uniforme, con brillo moderado, poros poco visibles. No presenta descamación espinillas o impurezas. Ejemplo: Bebés y Niños.

Bien hidratada. Gruesa. Foliculos dilatados, brillo, poros perceptibles y espesor aumentado.
Superficie untuosa y brillosa. Tiene un tono rojizo en ciertas áreas y amarillento en otras, requiere de mucha higiene porque de lo contrario, los comedones pueden infectarse, y los poros dilatarse. Puede producirse un engrosamiento de la piel con grandes orificios pilosebáceos. La ventaja de este tipo de piel, es que envejece más lentamente por su gran resistencia a los agentes externos gracias a la capa de grasa extendida. Los estados de nerviosidad y agotamiento, las dietas hiperhidrocarbonadas y ciertos tratamientos hormonales favorecen la excesiva secreción del sebo.

Piel fina, tensa, reactiva, poco elasticas,con poros imperceptibles, telangiectasias, deshidratada, alípica. Los cambios ambientales, la mala alimentación, el paso del tiempo produce la falta de retención de humedad. La piel seca es causa de un mal funcionamiento de las glándulas sebáceas que no producen suficientes fluidos para lubricar la piel y proteger contra las pérdidas de agua. Tiende a arrugarse permanentemente. Tiene ph alcalino y tendencia a infecciones: por ejemplo: Rosácea.

Oleosidad en la zona de T (frente, nariz y mentón) y deshidratada o seca en los contornos( mejillas y laterales) presenta porosidad cerrada, escamas en las sienes y los pómulos. Aplicar en la zona T las mascarillas que absorben grasa, una vez por semana, ayudará a controlar el brillo en la cara.